El presidente Guillermo Lasso ha decretado la liquidación voluntaria de Seguros Sucre. Así, llega a su fin un inaudito monopolio de aseguramiento dentro del sector público. Su motivación inicial siempre fue política, no técnica, y tuvo un impacto sumamente negativo, tanto sobre las finanzas públicas como sobre el sector de seguros.
Probablemente los detractores intentarán mostrar a esta decisión como parte de un nuevo plan de desmantelamiento del Estado, pero vale recordar que, bajo todos los parámetros objetivos de calidad, eficiencia o costos, el experimento con Seguros Sucre fue tanto fracaso como desfalco.
Se podría decir que hay una ciega motivación ideológica si es que hubiesen resultados e indicadores positivos que defiendan a la institución presta a ser liquidada, pero no es así. Fue su inicio, no su final, lo que obedeció apenas a consideraciones políticas e ignoró las advertencias de los expertos en el ramo.
Ahora, el Estado, por medio del liquidador que nombre, tiene la obligación de descubrir la verdad sobre la magnitud del daño, saldar cientos de millones en cuentas pendientes y, sobre todo, transparentar toda irregularidad y negligencia.
El Estado es un ente sumamente complejo cuyos recursos no pueden ser empleados desdeñando todos los mecanismos institucionales de optimización y control que esa misma complejidad exige. Creer soberbiamente que experimentos como el de Seguros Sucre “no es más que mover dinero de un bolsillo al otro” tiene, a la larga, un costo nefasto y doloroso. Queda la lección.
FRASES DEL DÍA
«Si no dices la verdad acerca de ti mismo, menos podrás decirla acerca de otros.”
Virginia Woolf (1882-1941)
Escritora inglesa
«Nada enaltece tanto la autoridad como el silencio.”
Augusto Roa Bastos (1917-2005)
Escritor paraguayo