El efecto camaleón

Rodrigo Contero Peñafiel
Rodrigo Contero Peñafiel

En algún momento de nuestra vida, todos hemos sido influenciados por las emociones y comportamientos de otras personas. Nuestras emociones son similares a las que observamos todos los días. Esto ocurre por los estímulos conscientes e inconscientes de los estados emocionales de las personas, lo que nos permite experimentar las sensaciones ajenas. En la vida diaria muchos de nuestros actos son influenciados por el simple hecho de repetir aspectos del lenguaje, tono de voz, acento o vocabulario de los demás, sin que nos demos cuenta de este hecho.

La tendencia a imitar inconscientemente a las personas con las que nos relacionamos o admiramos se conoce como “efecto camaleón”. El motivo por el que se produce es llegar a establecer afinidad con gente, que es de nuestro agrado, y que pueda facilitar una mejor comunicación. Existen personas que les agrada imitar al líder o cabecilla de un grupo, siendo muy probable que en este curioso fenómeno estén directamente involucradas las neuronas espejo, nombre muy acertado, ya que son neuronas motoras que se activan cuando se observa una acción.

La imitación y el mimetismo transmiten el mensaje de que se comprenden los sentimientos del otro y esto genera una reacción empática ante lo que está pasando. Todo este elaborado proceso, se desarrolla de modo directo por quien percibe al otro. Lo malo de este efecto es que no solamente se imiten los aspectos positivos de los demás, sino también los aspectos negativos. Para tratar con mucha gente, se requiere de la flexibilidad para comprender los diferentes estados de ánimo e intenciones; por lo tanto, replicar parte de la conducta del otro puede ser amigable o perjudicial para quien lo hace.

La última contienda electoral nos dejó una gran lección. Cierto candidato mordaz pretendía imitar a su líder en toda su paranoia; otros emitían un tono de voz negativo, entusiasta o aburrido, lo que creó un círculo vicioso de hastío y cansancio. Los receptores de estos mensajes comprendían las intenciones detrás de los mismos y decidieron que no eran acordes al futuro que buscan para ellos y el país.