La elección de Guadalupe Llori como presidenta de la Asamblea Nacional tiene lecturas varias, pero la designación de una mujer que fue perseguida y vejada por Rafael Correa y la tiranía que su gobierno implementó envía un claro mensaje.
Indignado se ha mostrado el expresidente prófugo por el desenlace de las sesiones del fin de semana en las que el legislativo rompió pactos, ensayó alianzas y terminó por darle la presidencia del organismo a una coalición ‘móvil’ de la que se quedó fuera.
Esta semana continúa el tira y afloja por comisiones legislativas que conllevan obvios espacios de poder e, incluso, capacidad de persecución y de ejercer músculo político.
Es el juego y efecto natural de la “cosa pública”. La comisión de Fiscalización es un arma poderosa que, más allá de entretenerse con juicios políticos, tiene la capacidad de investigar hechos de corrupción que deben luego alimentar procesos que impulsen los organismos de control, como Fiscalía y Contraloría, para ejercer un efectivo control del manejo de recursos públicos.
La Asamblea estrena en sus filas al denunciólogo por excelencia, que deberá demostrar la independencia o, quizá, el interés patriota de sus investigaciones.
El período legislativo arrancó con la promesa de privar al correísmo de su más codiciada presea: la impunidad de los actos cometidos por sus partidarios, ideólogos y financistas. El país espera que esta no sea la máxima, sino apenas el estándar mínimo en la lucha contra la corrupción, el abuso y el crimen organizado.
FRASES DEL DÍA
«Tanto palestinos como israelíes quieren más de lo que las fronteras planteadas en 1967 ofrecen”.
Mordechai Nisan
Profesor de estudios del Medio Oriente, Universidad Hebrea de Jerusalén.
«En un mundo que logra la resurrección de un carpintero, todo es posible.”
Leonor de Aquitania (1122-1204)
Noble y política medieval; Francia.