Hipocresía judicial

El sistema de justicia se terminó de corromper cuando el audaz que reinó en el país por diez años, metió sus “manos limpias” en la Justicia.

Su Secretario Jurídico, hoy preso, junto a quien fuera su mano derecha y heredó su función, revisaban matinal y personalmente las causas de su interés; incluso se expidieron una ley para ejercer -a la vez- su práctica privada. No satisfechos, designaron al secretario del tirano como capataz del sector, que cumplió con ejemplar eficiencia al punto de plantar censores en las audiencias para instruir y controlar a los jueces.

En las sabatinas, el capo mayor dictaba sentencias que se expedían con premura. Cuando los jueces no obedecían, se les aplicaba el ‘error inexcusable’ y eran desechados. Desmantelaron el sistema para imponer uno de premios y castigos, jubilaron y compraron renuncias, triplicaron su burocracia. Más del 80% de los funcionarios actuales son legado del correísmo.

Se documentaron más de 400 denuncias de abusos en contra de jueces ‘desobedientes’ y solo pocas fueron tramitadas, porque inventaron la prescripción anticipada que ya no permitía juzgarlos. Todos callaron. Opinólogos, jueces, magistrados y las asociaciones de judiciales y jueces fueron cómplices de la infamia.

Luego de cuatro años, hoy se rasgan las vestiduras cuando el Presidente de la República, que al menos respetó su independencia, intenta defender a su indefendible exministro de Salud con un tímido comentario. Ahora sí, cortes, jueces, magistrados y sus asociaciones saltan a reclamar por la independencia de la Justicia. Claramente, el partido judicial empieza a jugar sus cartas.

«Uno lo puede obtener todo en la soledad, menos el carácter.”

Stendhal (1783-1842)
Escritor francés.

«El mercadeo de información personal es un grave error con consecuencias impensadas.

Evgeny Morozov (1984- )
Investigador de los efectos políticos y sociales de la tecnología; Bielorrusia.