Es el momento de mostrar determinación

Hoy aplaudimos a quienes, en un acto de admirable rebeldía contra la ineficiencia y el descaro, continúan trabajando como si fuese un día normal. La tenacidad y determinación ciudadana pueden y deben servir para propiciar un urgente cambio de actitud en la conducción del país.

Es necesario asumir que Ecuador se está desmoronando desde dentro. Ahora, el país vive una catarsis sin precedentes en la provisión de electricidad, uno de los servicios fundamentales en cualquier sociedad moderna. Pero en los últimos meses también ha visto una crisis de seguridad que en su peor momento se asemejó a una pérdida total de control, y un virtual colapso de las finanzas públicas que requirió medidas extremas que en otros momentos hubiesen sido intolerables. Al mismo tiempo, los organismos multilaterales anuncian un crecimiento económico casi nulo para este año, los casos judiciales destapan una podredumbre insospechada y la ola migratoria continúa. ¿Qué se puede esperar, en estas circunstancias, para el futuro que se avecina?

Ya es hora de dejar a un lado la hipocresía y la haraganería. Lo que sucede con la electricidad no es sorpresa ni producto exclusivo de algún accidente o sabotaje. La Hora denunció en su momento, repetidas veces, las preocupantes condiciones del sector eléctrico. Sin embargo, las autoridades prefirieron apelar a medidas ‘parche’ y mirar al otro lado. Ecuador requiere, al costo que sea, un liderazgo preparado y decidido que pueda ofrecer verdaderas soluciones estructurales.

El presidente Daniel Noboa tiene en sus manos la gran oportunidad de limpiar el sector eléctrico, tomar las decisiones que solventen esta crisis en el corto plazo y que eviten una nueva y, de paso, volver a convencer a los ecuatorianos de que no todo está perdido. Eso, sin embargo, no se logrará con ‘likes’ y seguidores en redes sociales, sino con un profundo compromiso con la necesidad y la frágil realidad que se vive en las calles. La pelota, entonces, está en su cancha.