En el pozo de la mala fe

Cualquier discusión, negociación o colaboración se torna estéril cuando existe mala fe. Nada se puede consensuar ante la presencia de la envidia, el odio, la venganza y otras emociones desventuradas.

Los líderes nocivos fomentan esos sentimientos entre la población por su inmensa capacidad distractora. Una persona sumergida en ellos está dispuesta a ignorar, posponer o tolerar cualquier cosa con tal de poder satisfacer esa sed de desdicha. Y como la mala fe resulta siempre insaciable, es posible extender ese trance indefinidamente; un régimen que mantiene enceguecida con odio y envidia a la masa durante décadas puede hacer lo que le plazca.

Ya se puede ver en Ecuador el efecto de tantos años de adoctrinamiento. Pasados gobernantes, con programas educativos y libros de texto, medios oficiales disfrazados de públicos, maquinaria de propaganda, discurso permanente y trabajo partidista dejaron una huella profunda en la psique nacional.

Se sacralizó la envidia, el rencor y la venganza, camuflándolas como ‘memoria’ o ‘justicia’. Las nuevas tecnologías de la comunicación, además, incrementaron exponencialmente esa dinámica perniciosa.

Las protestas y campañas de los últimos años estuvieron plagadas de ese estremecedor vaho de mala fe; más aún las recientes polémicas y discusiones públicas, que traslucen una inquina inusual. Es preocupante el efecto que esto tendrá en la convulsionada etapa política que comienza. Es necesario expulsar, cuanto antes, esa retórica del debate nacional.

 

FRASES DEL DÍA

«Hay sueños deben permanecer ocultos hasta nuestro final, para que podamos soñarlos toda la vida.”

Hilda Hilst (1930-2004), escritora brasileña

«La verdadera desventura no es solo tener hambre, sino entender que hay gente que quiere que estés hambriento.”

Ousmane Sembène (1923-2007), cineasta senegalés