De Lorenza a Norberg

El populismo exagera, dramatiza y romantiza la pobreza con fines de manipulación política. Pese a que, según toda medición, Ecuador es un país de renta media, los populistas han buscado sembrar la percepción de un Estado fallido, de un pueblo sumergido en la miseria y la indefensión, para inducir la desesperación en el electorado que lo lleve a elegir a caudillos desenfrenados.

Hoy, un sector de la derecha ecuatoriana copia la misma táctica de tergiversar la pobreza, pero en lugar de hiperbolizarla, opta por minimizarla. En un video de hace más de dos años, un fragmento carente de contexto de una ponencia mucho más extensa, un intelectual que hoy es consejero del presidente Guillermo Lasso alegaba que los miembros de su audiencia viven mejor que el magnate John D. Rockefeller, nacido en 1839 y devenido en el hombre más rico de su época, en uso de uno de tantos argumentos sobre las bondades del capitalismo.

Son un puñado de pensadores norteamericanos y escandinavos los que defienden esa escuela de pensamiento; países con necesidades básicas cubiertas, plena infraestructura y bajísimos niveles de pobreza. Buscan recordar a sus conciudadanos las bondades absolutas que les ha reportado el ‘mercado’ para contrarrestar la excesiva —ya obsesiva— preocupación por la pronunciada desigualdad que ha surgido.

Ecuador dista aún muchísimo de alcanzar ese punto de bienestar; que esas ideas autocomplacientes terminasen predominando en el círculo presidencial resultaría rudo, políticamente contraproducente y socialmente torpe.

 

FRASES DEL DÍA

«Mi libertad no se acaba donde empieza la del otro, sino que se acaba cuando se acaba la del otro.”

Mario Sergio Cortella (1954), filósofo brasileño

«Ante un problema complejo, ofrecer una respuesta única sobre su origen resulta irresponsable.”   

Olga Sánchez Cordero (1947), filósofa mexicana