La Conaie y el Gobierno

Giuseppe Cabrera

Hace poco se realizó en Salasaca el Congreso de la mayor organización indígena del país: la Conaie, que agrupa a la gran mayoría de pueblos y nacionalidades indígenas.

De este proceso salió electo Leonidas Iza, por el movimiento indígena de Cotopaxi para un periodo de tres años como Presidente de la organización.

¿Qué significa esto para el Gobierno y cómo puede influir su gestión? Bueno, el gobierno de Lasso hereda una gestión gubernamental limitada, sin recursos, con poca maniobra económica, un alto endeudamiento público, desempleo y una crisis sanitaria en torno a la pandemia, que ahora tiene su epicentro en la obtención de las vacunas.

Todos esos elementos configuran el escenario propicio para el descontento popular, del cual el movimiento indígena siempre ha sido, sino el protagonista, como en octubre 2019, sí un actor clave, como en las movilizaciones de los forajidos, que destituyeron a Gutiérrez.

El movimiento indígena tiene su génesis en el levantamiento de 1990 en el gobierno de Rodrigo Borja y su desarrollo como organización social y grupo de presión se ha dado en las calles, durante las diferentes protestas populares.

En ese entonces, Borja creó el seguro social campesino y entregó en comodato la sede de la Conaie en Quito al movimiento indígena, como parte de la voluntad política por escuchar sus demandas legítimas, y avanzar y ceder en lo que se podía y mantenerse en lo que no.

Ahora Lasso va a necesitar mucha empatía y capacidad de escucha, para a pesar de no compartir en nada ideológicamente con Leonidas Iza, tender puentes de diálogo, escuchar las demandas del movimiento indígena con honestidad y capacidad de negociación, para ceder en lo que se pueda y mantener en lo que no, y para generar la confianza suficiente en que esos pactos se van a cumplir.

Ha empezado mal y, es que no puede empezar desprestigiando lo que significó octubre de 2019, que es el mayor levantamiento popular desde el retorno a la democracia. Aún, cuando su análisis puede ser más condenatorio, la justicia no ha determinado quienes fueron los autores de los hechos de violencia más agudizados y endosar a Iza los excesos solo tensa aún más los canales de diálogo.