La titulitis y el B2

Giuseppe Cabrera

Un vídeo bastó para que los que saben poco y opinan mucho, empiezan a comparar al Presidente Noboa con su antecesores, sumado a la noticia de la calificación del proyecto de enmienda que aumentaría requisitos para ser candidato a asambleísta, trajo de vuelta una vieja y elitista discusión acerca de los títulos y exigencias que se le debería pedir a un político para poder ser candidato, yo poco convencido de la moda de la titulitis, coincido más con César FC, que decía en la red X, que somos electores los que debemos exigir el máximo, mientras que la ley exija el mínimo.

Al final del día, los títulos suman pero, no son garantía de una gestión exitosa, me preocupan más los fondos que las formas, de esta última nuestra democracia es experta y paternalista de la primera, nadie entiende bien de qué van las reglas no escritas de la democracia, que son la que la sostienen en los sistemas políticos más sólidos del mundo.

Y empiezo por ahí, por Noboa, su inglés fluido, ¿suple que no haya dicho nada cuando le preguntaron en la ONU respecto al conflicto en Gaza y la invasión de Israel?, para mí que prefiero los fondos, para nada, porque mientras tanto Ecuador que preside el consejo de seguridad, no hizo más que ir dando la palabra en la sesión que trataba una petición desesperada del secretario general Guterres, para intervenir en el conflicto palestino-israelí.

Ya de vuelta a lo de los asambleístas, ¿sirve de algo exigir experiencia para el cargo? ¿A que nos empujan a que solo los asesores de asambleístas sean candidatos? Porque recordemos que más de 2 periodos no se puede exigir la legislatura, entonces, a quién más podría exigírsele experiencia, mientras que la probidad mediante examen parece la ingenuidad de un niño de prekínder, porque mientras el viejo acomplejado dueño del partido a nivel provincial mire con recelo el talento y la preparación, seguirá poniendo a sus esbirros pero, ahora con los requisitos que exigen, impidiendo democratizar las estructuras de partido, que son la verdadera génesis del problema y el espacio en que los liderazgos deberían destacar de los incapaces, mientras no pase eso, pueden seguir pidiendo B2 en inglés, mientras quienes llegan no entienden el Estado y lo dinamitan a su interna.