Ser honesto e íntegro

Iván Paredes

Como cada semana nos reunimos hacer un deporte tradicional que tanto nos gusta y apasiona, como es el juego del 15, donde la adrenalina y el temperamento juegan un rol importante al momento de marcar un punto que es reconocido por nuestro compañero de juego, y el sentimiento de satisfacción. En ese instante, podemos dejarnos llevar por la ansiedad de obtener el tan anhelado punto, no importa la manera, forma, condición o medio para lograrlo, hasta utilizar la denominada trampa, que es un medio inmoral para lograr el objetivo deseado; aquello, me hizo pensar en la realidad socio-política en que se encuentra el país y, como la corrupción se aprecia en todos los sectores, edades, espacios, creyendo que es parte de la nuestra convivencia.

En un GAD municipal de esta provincia, he podido constatar la manera y forma como tergiversan y alteran la verdad de los hechos y documentos, por querer tener la razón y sentirse superiores; peor aún, con personas humildes y trabajadoras que no tiene otro camino que pelear por una justicia verdadera y transparente alterada por ciertos servidores públicos infestados de corrupción y deshonestidad, de quienes, no se puede esperar nada sino, únicamente, alejarse e invocar que sean separados de las instituciones, porque gangrenan el Estado.

Los principios de honestidad, que debe desarrollar y mantener el ser humano en su cotidianidad, se han ido desvaneciendo, no importa romper las reglas de la moral y la ética, a la final, los gobernantes lo hacen y siguen campantes en otros países, como si fuesen verdaderos mártires. Creen y piensan que corromper y corromperse les convierte en los mejores, pero demuestran su poca capacidad de raciocinio y su falta de integridad, que nunca podrá ser confiada.

El objetivo de nuestra existencia, no es llegar un gran patrimonio, ni proteger el puestito, la valía esta en ser honestos, transparentes, pulcros e íntegros en nuestro actuar, y todo nuestro ser interior vivirá en armonía, que será recompensada en el momento perfecto.