Segundo debate presidencial

Iván Paedes

El domingo pasado se llevó a cabo el segundo debate entre los dos candidatos finalistas que están buscando ocupar el sillón presidencial del Ecuador, evento que captó el interés de la población,  porque coadyuva a solidificar la joven  democracia que ha sido atropellada y mal utilizada por organizaciones políticas y gobiernos de turno que han buscado, únicamente, satisfacer su apetito individual, que el bienestar de toda la nación. Hay que resaltar que, es un espacio para que los candidatos demuestren su fortaleza, equilibrio, conocimiento, no solamente del quehacer político sino, dentro del espacio de la realidad nacional y social, que se pudo evidenciar faltó mucho en los dos candidatos y, por supuesto, valores éticos y morales que puedan reflejar su personalidad sin mentir ni engañar al electorado.

Pudimos evidenciar el compromiso de los candidatos para tan delicado programa, demostrando la seriedad en su participación. Se observó que las disputas y peleas las dejaron de lado, a pesar que la candidata trató de incitar a ello, lo cual no prosperó, tanto por la posición del otro candidato, como por no salirse de su libreto, plenamente identificado. Llamó la atención el accionar de la moderadora, al interrumpir al candidato Noboa dentro de sus dos minutos que tenía para dirigirse a los televidentes, es decir, saliéndose del libreto y queriendo figuretear.

Con el debate, el electorado tiene que tomar su decisión en elegir al que más se acerque a sus expectativas, que demuestre responsabilidad y compromiso con el país y la situación actual que estamos atravesando, en especial, en lo referente a la delincuencia, seguridad y el narcoterrorismo; por ello, quien tenga mínimos lazos con estos grupos delictivos no debe ser elegido. Llegó el momento en que el ecuatoriano sea consecuente con el Estado y elija a quien le brinde la confianza y seguridad de no vivir otros 14 años de imposición y narcisismo.