Reflexiones y anticipos

Jaime López

En un artículo anterior, el autor del presente invitaba a los lectores a pensar en la demanda a los Bucarám y Cia. Que fueron sobreseídos luego de un proceso amañado y manipulado, común cuando se trata de ellos.

No le faltó razón al articulista ejercitar su pensamiento y aguardar lo que ha sucedido, gracias a que una jueza retoma el proceso y le dice al país que todavía podemos y debemos.

El último mes del año hay que ingresar a reflexionar sobre la realidad dura e implacable, que puede estar sobre los ocultos socavones fabricados por el quemeimportismo, que derrumbará lo que hemos sido, si es que seguimos embarcados en enterarnos de noticias espeluznantes y no hacer nada para combatir los efectos que producen.

Por las redes circulan fantasmas enmascarados que procuran calmar, el temor y la angustia de los asesinatos de los sicarios, blandiendo armas indicando que ellos los van a exterminar.

Guerra sin cuartel, batalla ya declarada que puede producirse a la vuelta de la esquina, en la que no solo morirán los sicarios, allí morirán también los inocentes que no se organizaron a tiempo para ocupar sus trincheras. Sin mandos militares, muchos de ellos contaminados por los narcos, a los que no se puede recurrir buscando amparo.

Algunos analistas atrevidos e indeseables que viven en sus cuarteles concedidos por la prensa hablada y escrita, se empeñan a diestra y siniestra en convencer a la clase media- no se debería usar este calificativo como denigrante – que el Gobierno ha cometido un descomunal error al aumentar el salario mínimo, sin darle al poder Ejecutivo ninguna confianza, mientras atrás de ellos está agazapado el fugitivo y sus secuaces que fracasaron en el suicidio y la muerte cruzada, día tras día  se cobijan en los despojos de una Asamblea  tratando de tapar los procesos que deben afrontar para que mordiendo el sucre que fabricaron como moneda en el correismo robolucionario,  les provoque el vómito de millones que siguen ocultos en sus entrañas. En fin,  fin de año colmado de deseos y reflexiones. Que sean anticipos de lo bueno que será el  próximo año.