Redireccionar los intereses: establecer prioridades

Álvaro Peña Flores

Álvaro Peña Flores

“¿Qué restará que sea digno de estima? A mi entender, el moverse y mantenerse conforme al propio estado, término al cual conducen los estudios y las artes… Por necesidad, serás envidioso, competidor; sospecharás de aquellos que podrían arrebatarte estos bienes… Al contrario, el respeto y la estima que profeses a tu inteligencia, harán de ti un hombre contento de ti mismo, harán que te adaptes a la vida social y que te conformes con los dioses…” (Marco Aurelio, Meditaciones).

Se conoce que Warren Buffet, cuya fortuna asciende a cerca de 65 millones de dólares, vive en la misma casa que compró en 1958 por 31.000 dólares. Algunos deportistas, al igual que Buffet, han optado por una vida sencilla y modesta, sin hacer alarde de sus millones ni de la posición que su fortuna les merece. ¿Por qué? ¿Acaso son tacaños? No. Las cosas que consideran importantes son baratas, no están en función a cifras millonarias, sino a momentos y experiencias que valen más que el dinero. 

Asi como ellos, que han cultivado intereses que están por debajo de sus medios económicos, las necesidades que nos apremian hoy en día nos impulsan a analizar lo que realmente atesoramos dentro del corazón y que lo manifestamos en hechos. ¿Nos dominan las pasiones? ¿Qué tanto de lo que tenemos lo disfrutamos a plenitud? Seguro por hacer más, disfrutamos menos. Nos adentramos en lo que yo llamo el círculo de la necesidad insatisfecha, porque en el afán de satisfacerla se agranda más le brecha. Y ese círculo nos hace esclavos. 

Es posible que la coyuntura, la nueva normalidad, la crisis social, las pasiones del alma y el ingente sistema nos estén absorbiendo. Es necesario hacer una pausa activa y redireccionar nuestros intereses, porque al paso que vamos, moriremos insatisfechos y echándole la culpa a todos, menos a nosotros mismos.

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