Recta final

Esta semana los ecuatorianos nos enfrentamos a la recta final de esta peculiar segunda vuelta, lo llamo así porque Arauz es únicamente un testaferro político, ya que en realidad el candidato es Rafael Correa, eso lo sabemos todos, si no tuviera ese padrino seguramente este señor hubiese peleado los votos con Juan Fernando Velasco, pero así es nuestra política y enfrentamos una elección compleja y llena de dudas en cuanto a su transparencia.

De nosotros depende, o regresar a ese régimen de miedo a opinar, de persecución, totalitarismo, autoritarismo de un caudillo controlando todo desde el extranjero, de división, de odio profundo al opositor, de mentiras, venganza, de una inescrupulosa corrupción, de una infame irresponsabilidad en el manejo de las finanzas del país, pero sobre todo de una elevada carencia de valores, principios, ética y honestidad.

O, en su defecto, una opción en la que posiblemente para muchos no sea la mejor pero que nos va a garantizar democracia y la certeza de poder ejercer nuestros derechos con libertad.

La idea que tiene el caudillismo es perpetrarse por muchos años en el poder, de hecho ya anunciaron su intención de quedarse 30 a 50 años, su sed de seguir arrasando con todo es incontrolable, es muy preocupante la idea desbordada de gasto público e irresponsable al cual quieren regresar, incluso pensando en utilizar el dinero de las reservas del Banco Central que son ahorros y fondos de los ecuatorianos, es por eso que más temor me causa este peligroso populismo que el banquero que tanto han estigmatizado.

Una de las causas por las que el Ecuador no ha caído a niveles “venezolanos” es gracias a la dolarización, debemos cuidar la moneda que hoy en día nos permite tener la economía a flote, estoy seguro también de que ningún ecuatoriano sería capaz de dejar los dólares por un “Nuevo Sucre”, este candidato miente tanto que ha pasado de un discurso de “desdolarización amigable” a “fortaleceremos la dolarización”, ¿usted le cree? Yo no.