En tan solo pocas horas contaremos con resultados oficiales que definirán el nuevo líder de la nación, esto marcará el inicio de una importante etapa para el país, independientemente de quién encuentre la victoria.
Como ecuatorianos debemos estar conscientes que un cambio de gobierno no significa variaciones trascendentales de la noche a la mañana en las instituciones públicas o condiciones generales que demanda el país, sin embargo, queda la esperanza de mejores días, sobre todo para aquellos sectores que han sido relegados durante décadas. Si bien los dos candidatos presentan propuestas polarizadas, ambos se enfrentan a una sociedad dividida, crisis sanitaria en sus peores momentos, déficit fiscal, una justicia con poca credibilidad, y principalmente un poder legislativo muy fraccionado. El liderazgo de quienes resulten electos deberá reflejarse en esa habilidad de lograr verdaderos consensos de gobierno, no solo para sus círculos cercanos como nos tienen acostumbrados, sino para la sociedad en general. Los bloques parlamentarios de distintas banderas políticas, serán claves, tanto para servir como contrapeso al gobierno entrante, como para impulsar una verdadera agenda legislativa que abarque aquellos temas que han sido relegados por cortinas de humo de tinte político.
Sin bien el panorama es bastante complejo, el pilar fundamental para poner límites a los excesos de poder o exigir una sociedad más justa, depende de cada ciudadano, de gente que comprenda que, para construir un país mejor, se necesita sanar heridas, postergar revanchas y tender puentes que fortalezcan una verdadera democracia que nos aleje de las malas decisiones que nos han traído hasta aquí.
No podemos seguir engañándonos al pensar que nuestros designios dependen exclusivamente de quienes nos gobiernan, si bien son los que llevan las riendas, somos los ecuatorianos los llamados para que, desde nuestros espacios erradiquemos aquellas prácticas dañinas que nos siguen atrapando en el subdesarrollo. Que sea el período propicio para conocer lo mejor del Ecuador y sus ciudadanos.