Primer discurso

Rogelio Morales Cattani

Los discursos de posesión a la primera magistratura del estado, siempre despiertan expectativas, generalmente suelen estar adornados de metáforas que utilizan muchos lugares comunes y altas dosis de demagogia. Esta vez fue diferente, fue sobrio, contundente, con ideas claras, sin insultos ni gritos destemplados. Un buen inicio. El no hablar sobre la corrupción con pretendida impunidad, es un capítulo que faltó, aunque en campaña se ofreció luchar contra ella y recuperar los dineros robados por los auto calificados como “perseguidos políticos”.

Rescatable el valor que se da a la familia como base de la sociedad, y que las referencias sean de personas demócratas y no dictadores sanguinarios que tanto daño han hecho, en una mal entendida lucha de clases, donde lo que han conseguido es aumentar el número de pobres y crear nuevas élites económicas ligadas a la política.

Tampoco escuchamos frases “enlatadas” llenas de odio, o una lista de a quienes se tiene que perseguir, labor que es responsabilidad de la justicia que persigue delitos y no personas, no hacerlo sería una ineptitud o un “acuerdo entre privados” que el pueblo no perdonaría. Siendo optimistas, debemos estar vigilantes, porque aún quedan burócratas que han estado en dependencias públicas “lactando” durante catorce, o más años.

El cambio sin cambios, no es cambio y, es necesario el relevo de funcionarios que trabajen con otra mentalidad, que no estén contaminados por el virus de la corrupción. No sería lógico que ministerios ultra sensibles en lo social, reciclen funcionarios de segundo orden que hace poco fracasaron.

La realidad y los antecedentes personales son inmodificables y como país no podemos volver a equivocarnos y caer nuevamente en manos de burócratas expertos en introducirse en estamentos del estado de cualquier gobierno, “kikuyos” o “parásitos” que no tienen ideología sino hambre de poder y de dinero, o de poder tener dinero como sea. Ningún funcionario de alto nivel, delinque sin la ayuda de los mandos medios enquistados en el poder, ese segmento también debe ser remplazado por gente honesta.

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