Prácticas perversas

CARLOS CONCHA JIJÓN
CARLOS CONCHA JIJÓN

Me parece que el candidato de lo que queda del correísmo deja ver con claridad, que no está preparado para gobernar el país, pues sus discursos resultan inconsistentes, sobre todo cuando habla de democracia y revolución durante los 10 años de correísmo, conociéndose que en esos años la justicia, el derecho y las leyes estuvieron sometidas a una fuerza aberrante emanada del autoritarismo, como demostración de omnipotencia coercitiva, en donde la libertad quedó prisionera en las redes de la soberbia del poder.

La libre expresión y los medios fueron perseguidos y la democracia quedó cautiva, bajo la fuerza bruta de la represión. El correísmo con su jefe pretendió denigrar a las gloriosas Fuerzas Armadas, en un acto de bajeza al llamarlas: trogloditas, fascistas, traidores.

Solo un acto prepotente y estupidez pudo haber salido de la boca de un tirano.

¿Acaso podríamos llamar revolución al cierre de la Base de Manta?… cuando ese acto permitió abrir una puerta al narcotráfico, más “la revolucionaria” creación de una tabla de consumo.

¿En dónde quedaron los vejámenes a mujeres como hechos revolucionarios? Como puede el candidato correísta hablar de revolución, si la República fue manejada irresponsablemente por un grupo de vándalos correístas de los cuales algunos ya fueron juzgados, sancionados y condenados por la justicia que los calificó como organizaciones delictivas, que dejaron hecho trizas la República.

Está claro y nos lleva a pensar sin equívocos, que el candidato de la robolución y sus seguidores mantienen la misma ideología por ser ramas del mismo árbol. No hay duda que la serie de actos delictivos rebosantes de inmoralidad ofendieron a la nación. Ahí están como muestra: los contratos petroleros, Odebrecht, Caminosca, Sopladora, Helicópteros, Radares, Refinería del Pacífico, Pegaso, las sabatinas, PetroChina, cables submarinos, Refinería de Esmeraldas, etc, etc… y una lista interminable de atracos en un carnaval de raterismo.

Dar el voto al continuismo correísta sería regresar al pasado oprobioso y quedar entrampados en las mismas garras de las organizaciones delictivas.

Pregunto si existe la posibilidad de darle un membrete de revolución a esta etapa funesta de la República. No y mil veces no, razón por la cual debemos direccionar nuestro esfuerzo hacia un cambio positivo, como decisión plena, razonada y sabia del pueblo ecuatoriano en la búsqueda de la paz y el progreso nacional.