Plan de vacunación

Carlos Arellano

Si las más recientes declaraciones del presidente Guillermo Lasso en relación con la adquisición de millones de vacunas por parte del Gobierno de Ecuador, más las compras directas realizadas por el Gobierno del expresidente Lenín Moreno, el plan de vacunación podría inocular a 9 millones de ecuatorianos en 100 días.

Sin embargo, el Gobierno del presidente Lasso, para cumplir con una de sus principales ofertas de campaña, se enfrenta a complejos y diversos problemas que podría suponer un fracaso del plan nacional de vacunación.

Uno de estos problemas es la incapacidad del Gobierno para desmentir los rumores que surgen a raíz de las distintas vacunas que se utilizarán en las próximas semanas y meses, más una infinidad de ciudadanos que, a través de falsas noticias, incitan a la no vacunación y desprestigian el rol de la comunidad científica-nacional e internacional – que ha avalado la seguridad de las vacunas y su eficacia para prevenir casos asintomáticos e incluso la muerte.

Lasso, en lugar de inspirar confianza, cometió la novatada de vacunarse con Pfizer, provocando el descontento de quienes recibieron al menos una dosis de la vacuna de Sinovac y de otros que desconfían aún más de la vacuna china de Cansino que estaría próxima a llegar.

Entonces es importante que el Gobierno Nacional, a pesar de haber anunciado con bombos y platillos que no utilizará las cadenas nacionales para promocionar sus actividades, usé los medios tradicionales de difusión masiva –televisión, radio y prensa- más las redes sociales para desmentir los rumores de las vacunas e insistir a la ciudadanía en acudir a los centros de vacunación.

De igual manera, es importante replantear la decisión del retorno al trabajo presencial tanto del sector público como privado y del retorno voluntario a los centros de educación, considerando que menos del 10% de la población está completamente inmunizada y un nuevo pico de contagios complicaría aún más al sistema de salud que, a pesar de la reducción de contagios y mortalidad, sigue en crisis.

Las vacunas, sin importar el país de fabricación, salvan vidas y nos permitirán en un corto plazo “volver a la normalidad” y procurar una pronta recuperación de la economía nacional. La vacunación es una responsabilidad de todos.