¿Para dónde?

Andrés Pachano

Impredecible es el desenlace –si es que lo habrá- entre una Asamblea Nacional que se precipita en su propio desprestigio y un Ejecutivo que, aparte del éxito alcanzado en el sistemático proceso de vacunación contra el Covid-19, en sus primeros 100 días de gobierno aún da golpes de ciego.

¿Hacia dónde caminan los dos poderes del Estado? Sin acuerdos, por mínimos que sean y lo peor sin la voluntad para construirlos, la pregunta que ronda no tiene respuesta, ni tampoco horizonte. El panorama que se percibe es el deambular en “chulla pata” -como comúnmente se dice- por un camino cansino, en extremo peligroso, cuando se exhiben -de lado y lado- el redoble de filosas espadas de Damocles: por el uno consulta popular, muerte cruzada o constituyente; y, por el otro pugnas, desacuerdos, rupturas, anuncios de negativas de leyes; y, todo en rededor de los fantasmas del octubre negro del 2019, al que aúpan al unísono las voluntades políticas más disimiles y extremas de la Patria; nadie duda que desde ese poder también se alimenta la repetición del terror de aquellos días tan oscuros. ¡No, el habitante de la Patria no desea eso, aspira un norte!

¿Para dónde vamos? Si desde varios sectores sociales se solicita el dialogar, pero lo hacen anteponiendo condiciones, fijando temas irreductibles y anticipando que las conversaciones tendrán solo como fin los resultados que ellos aspiran, y de por medio, se lanzan consignas para “…repetir lo de octubre…”; entonces de manera previa se han cerrado las posibilidades de acuerdos, de consensos. Se da un grosero portazo al diálogo, es una maquiavélica forma de negarlo; es dejar sentado en el ambiente el cínico, por falaz, criterio del “yo quiero, quien no quiere es el otro”. ¡No, el País no se merece eso! Merece claridad y sinceridad en sus actores.

Como merece claridad el espeso clima que ronda el Legislativo luego de la censura al Defensor del Pueblo y los alineamientos políticos en su entorno, que han devenido en una fractura del partido de la señora Presidente de la Asamblea y su dependencia absoluta de la CONAIE; ¿qué futuro podrá tener el acuerdo ID-Pachakutik?

¿Para dónde vamos? No se ve un norte.