Pagamos todos

Jaime López

Abrumados y atosigados por los fallecimientos cometidos  por los sicarios y por los conductores- de transportes y vehículos particulares, que hace rato que no saben para que sirven las señaléticas que pretenden poner orden en las vías, muchos ciudadanos ya no se sientan frente al televisor  y evitan empaparse con los colores de la crónica roja, entonces encuentran su refugio en la prensa escrita y hablada y en los editorialistas que perviven blandiendo sus valores intelectuales como escudo de sus opiniones y criterios, afortunadamente para sus editores son tesoros que hay que conservarlos. Por desgracia en la criminal globalización del mundo, asoman en sus meridianos los   funcionarios que se encargan de las administraciones financieras de los Gobiernos. En sus reuniones y foros se comprometen a exterminar a las clases desposeídas con  argumentos dignos de los holocaustos. Y hace algunos meses, un campesinos de Texas, funcionario de la administración de Biden cometió un delito cuando dijo que los ancianos deben morir para que el Estado no tenga que pagar sus gastos, a la semana siguiente una Gerente del Fondo Monetario Europeo, alemana seguramente nazi, igualmente dijo que los ancianos deben morir para que el Gobierno no sufrague sus gastos. Y a punto seguido un japonés seguramente propenso al harakiri dijo lo mismo que los ancianos deben morir para evitar los gastos que su Gobierno paga por ellos. Nada más, ni nada menos, para éstos inmundos la ancianidad no debe ocurrir, no mencionaron edades, pero la generalización es estúpida y debe ser considerada como un crimen cometido a mansalva. Estas declaraciones, que semejan sentencias ineludibles, los ecuatorianos tenemos que enfrentarlas y no mencionar los barbarismos clásicos de a “mi que me importa, estamos lejos, sigamos en lo nuestro y punto”. Frente a las decisiones de carácter económico que deben tomar el presidente, los asambleístas, los despojos de los Social Cristianos y otros partidos, reflexionemos que lo que va a ocurrir los debemos pagar todos juntos, que siempre ocurrió lo mismo en los gobiernos y dictaduras cincuenta años atrás, así que no nos quedemos en las dubitativas, lo que se nos viene encima es una nueva pandemia que a lo peor justifique lo que dijeron los criminales sobre la ancianidad. Así que le digamos al presidente y a sus ministros, que les organismos creados con la mala fe correísta deben suprimirse, que es inevitable la subida del IVA para ciertos rubros, que los subsidios para los combustibles debe eliminarse, porque el ciudadano que tiene uno o dos vehículos tiene que saber como iniciar procesos de socializar su uso, y  pensar que la solidaridad tiene que implementarse como sea y donde sea, que miremos a nuestros prójimos como hay que hacerlo, como integrantes de una sociedad debidamente estructurada con Leyes y Reglamentos al cumplidora de las obligaciones financiera con los Gadmas y Gobiernos Provinciales, que la gestión para obtener créditos esté debidamente planificada para que los bancos y cooperativas no eleven sus protestas, para que nuestros ingresos fortalezcan a los centeniales y mileniales, procuremos que la educación de nuestros hijos  no tenga la dictadura de los celulares y que los curriculums de los planteles educativos sean coherentes. Así, nuestras edades llegarán con facilidad a la ancianidad y los criminales que propugnan su extinción mueran antes que los suyos.