Nuevas jornadas de protesta

Carlos Arellano

El Frente Unitario de Trabajadores (FUT), convocó para el pasado 15 de septiembre a una nueva jornada de movilizaciones para exigir al Gobierno del presidente Guillermo Lasso la derogatoria de los decretos ejecutivos que establecen el mecanismo de bandas que permite la eliminación gradual de los subsidios a las combustibles y, para rechazar un posible proyecto de Ley que implementaría un Código de Trabajo paralelo al actual.

A esta convocatoria se sumó la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), quienes al igual que el FUT, piden al gobierno la eliminación del sistema de bandas.

A pesar de la poca concurrencia de la ciudadanía a esta jornada de protestas, ambas organizaciones insistirán, especialmente la CONAIE, en implementar a la fuerza un plan económico que discrepa considerablemente del plan de gobierno del presidente Lasso. Afortunadamente, ni el FUT ni la CONAIE lograrán que el ejecutivo ceda a sus amenazas.

En lugar de perder el tiempo en este tipo de manifestaciones, ambas organizaciones deberían proponer mecanismos técnicos y no populistas para que los subsidios beneficien directamente a los sectores más desprotegidos de la sociedad. Por ejemplo, proponer el incremento de los montos de las transferencias de capital a los beneficiarios de los distintos bonos sociales, como el Bono de Desarrollo Humano (BDH). O, incluso, plantear compensaciones económicas o reducción de aranceles para el transporte urbano y rural (autobuses), para mantener los costos de operación y evitar un posible incremento del costo de los pasajes que afectarían a la mayoría de los ecuatorianos.

Respecto al posible proyecto de Ley denominado “Ley de Oportunidades Laborales”, ambas organizaciones deberían incorporarse al debate de este nuevo cuerpo legal, para alcanzar acuerdos que permitan construir una Ley que facilite y fomente la creación de empleos y garanticen los derechos a los trabajadores. Cualquier acto, violento o no, que rechace la invitación a dialogar, debería considerarse como un insulto para los millones de ecuatorianos que no tienen un empleo.

Sin recurrir a las viejas prácticas, el FUT y la CONAIE tiene la obligación de dialogar con todos los sectores, incluido el ejecutivo.