Nuestra obligación

Jaime López Freire   

En primer lugar lo que cabe  hacer y pensar es que debemos superar todas las definiciones trágicas y malintencionadas sobre lo que somos y en donde estamos, que muchos analistas, académicos graduados llenos de PhD y más, que a las puertas de elegir un nuevo gobierno consideran que no hay que salir del pozo y vislumbrar la superficie y usando un lenguaje teórico, lleno de expresiones  que muchas veces confunden y no se entienden, le dicen a la colectividad que  el cambio del actual gobierno pésimo y mal intencionado no es la solución.  Se impone obviamente  preguntarnos  entonces en donde estamos, si nuestra realidad es la de una jungla llena de animales de la peor especie, si es que la esperanza está  cubierta por  la maraña  implacable del  narco sicariato y si es que estamos rodeados de una incapacidad que está acabando con lo que nuestros ancestros hicieron, que el País de nuestra generación y de las que vienen  está al borde de la muerte y desaparición definitiva. O si todavía podemos salir al frente de los que  creen que debemos destruirnos  y luchar a brazo partido, enarbolando  armas  y escudos, conformando un verdadero ejército  comunitario para acabar con la horda que piensa  que el regreso a otras épocas y que los foros  internacionales se instalen con la concurrencia de países  cuya ideología política es el autoritarismo caudillista, para  continuar con el lavado cerebral  de  la manada de borregos. Los manipuladores de estadísticas, que es la ciencia más mentirosa cuando se la usa de mala manera, ya están  publicitando los resultados de un censo poblacional realizado no se sabe  cuándo mismo se hizo , para fomentar el regionalismo que es uno de los cánceres del organismo nacional. Mi ciudad es la más poblada dicen los de acá, los de allá de las regiones orientales y campesinas se amparan en los porcentajes y eliminan de su vocabulario llamarse ecuatorianos. Frente a esa realidad dolorosa e impactante hay que  combatir el ausentismo en la votación del próximo domingo, hay que combatir el voto nulo y el voto en blanco porque  tenemos que sentirnos ecuatorianos que sabemos elegir a nuestros mandatarios,  porque nuestro sistema  republicano y aceptemos por ésta vez democrático, nos dice a nosotros y a nuestra generaciones centeniales y mileniales que aún somos animales de inteligencia superior a la de las especies naturales,   que en nuestro interior existe un sentimiento que nos obliga a la globalización establecida por el mundo y sus alrededores y a vivir dentro de ella  Al otro lado del mundo sus habitantes combaten y mueren porque la guerra para ellos es más fácil que la paz. Nuestro voto para el próximo domingo  debe confirmarnos lo que somos y que seguimos siendo dignos de elegir y ser elegidos, de vivir en la sociedad  donde podemos reconocer al prójimo y abrir nuestros brazos para prodigar los abrazos solidarios. Nuestro voto debe impedir el regreso y la permanencia del prófugo y su permanente lavado cerebral de sus borregos.