Navidades perfectas

Nos preparamos para la segunda Navidad consecutiva tras el inicio de la pandemia… Vísperas a ella,  llega ómicron. ¿Cómo nos preparamos para recibir estas fiestas?

Recuerdo cuando niña el inicio de las festividades con “la Novena” la cual finalizaba con un agasajo a los niños. Nos ofrecían regalos y dulces en nombre de la Navidad. También estaban las reuniones de empresas, donde se invitaba a todas las familias a compartir una comida, juegos y regalos. En ambos casos parecíamos familias enormes compartiendo las bondades de la vida. Eran las fiestas más esperadas.

Después de dos años de crisis y pandemia pareciera difícil volver a vivir todo eso. Me pregunto si nuestros hijos o nuestros nietos lo vivirán en algún momento. Lo cierto es que cada vez las celebraciones son menos extensas y más frugales.

Lo importante era poder compartir las bondades de la vida.

Sí, tal vez estos dos años han cambiado mucho, pero la bondad no se ha perdido.

Aunque no podamos estar juntos, esa bondad nos invita a encontrar formas creativas de compartir. Nos exige cuidar más de los detalles, esas llamadas que tenemos pendientes, que no deberíamos esperar a que pase la pandemia para hacerlas, las tarjetas, aunque sean digitales, dulces palabras, abrazos, amistad, sonrisas. El tiempo que podamos dedicarle a quienes amamos y por qué no a algún desconocido que lo necesite.

En esta Navidad por qué no compartir lo realmente importante, las virtudes como la bondad, alegría, solidaridad, generosidad.

Una Navidad perfecta es aquella en la que podemos ser mejores, mejores hijos, padres, hermanos, amigos, vecinos, ciudadanos. Es aquella que nos lleva a reflexionar cómo podemos dar lo mejor de nosotros para los demás.

Nueva Acrópolis Santo Domingo