Mercadillo político

Iván Paredes

No se esperó más que el escuchar la decisión, aunque tardía, que ingresábamos al espacio político de la “muerte cruzada”, causando un desconcierto, un sabor agridulce, primeramente, porque fue decretada a la una de la madrugada de aquel 17 de mayo del año en curso, recibiendo la noticia los expertos con un ojo aun cerrado, pero que iniciaría un festival de criterios e ideas que confundían aún más a los ciudadanos, siendo el pretexto para que empiece a florecer el mercadillo político por llegar a ocupar el gran sillón presidencial que fue vilmente vilipendiado y desacreditado por los últimos ocupantes que abusaron del poder que contiene el primer asiento de la Nación. Y, como no podría ser de otra manera, al quedarnos sin la primera función del Estado donde se encuentran los “padres de la patria” que, con los últimos 137 representantes, es preferible ser huérfano, los movimientos y partidos políticos, frotándose las manos entre sus caudillos, ofertan quien debe alistar sus maletas para convertirse en la figura farandulera y politiquera. Lamentablemente, es la triste realidad del Ecuador y Latinoamérica.

Muchos han propuesto sus nombres para ocupar la Presidencia, no les importa si son señalados, despreciados o tienen un pasado vergonzoso al punto que uno de ellos dijo que “no quiere ser candidato, quiere ser presidente”, es que, no importa el país ni los valores éticos y morales que demuestran su procedencia genético – familiar, lo que importa es ocupar estos espacios políticos para enriquecerse y vociferar demagogias que solo sus vasallos creerán.

Del 28 al 10 de junio, las organizaciones políticas tienen que inscribir a sus iluminados, la oferta y demanda está al tope, no demuestran a la población hacerlo por un bienestar nacional y compromiso  social, es decir, continuara el desorden y caos en el país de Manuelito.