Pablo Javier Villavicencio García
El 17 de febrero del presente año se llevó a cabo el Reencuentro de exestudiantes del Colegio Eugenio Espejo de Loja, con el propósito de recaudar fondos para una noble causa. Estos reencuentros se han realizado con el propósito de brindar asistencia benéfica a individuos o familias necesitadas, y en esta ocasión, se brindó ayuda a la familia Rugel, cuyo sustento depende del trabajo que realiza Eduardo en el colegio Eugenio Espejo. Debido a las dificultades que enfrentan para movilizarse por consecuencia de un cuadro médico que afecta a su familia, el Colegio logró recaudar el monto necesario para otorgarles un vehículo que les proporcionará mayor comodidad en sus desplazamientos.
La solidaridad y el afecto que la familia Espejina tenemos por las personas que formaron parte de nuestras vidas se manifiestan en estos eventos, demostrando que la unión hace la fuerza. Un ejemplo de ello son Don Bolo y Doña Gloria, quienes han sido honrados en reencuentros pasados por más de 20 generaciones de exalumnos del colegio, que el primer reencuentro fue por ellos, y me permito decir que este evento fue un éxito rotundo, porque hasta la presente fecha somos dichosos de ver la sonrisa de Doña Gloria en compañía de Don Bolo.
Es importante destacar que estas acciones benéficas no solo reflejan la solidaridad y el cariño que se tienen entre los miembros de la comunidad educativa, sino que también nos permiten hacer una contribución significativa a aquellos que más lo necesitan. Es por ello que, como miembros de la sociedad, debemos continuar con estas prácticas y animar a otros centros educativos a seguir el ejemplo y a realizar acciones solidarias.
Invito a todos los colegios y comunidades educativas lojanas a unirse y colaborar por una causa común. Juntos podemos hacer la diferencia y marcar un impacto positivo en la vida de aquellos que más lo necesitan. A través de la unión y la empatía, podemos transformar nuestra ciudad en un lugar más justo y equitativo para todos.