Un llamado a la coherencia

Nadie se cansa
Brenda Valdivieso Vélez

Brenda Valdivieso Vélez

Uno de los grandes peligros en la vida consiste en predicar y no practicar; en creer, pero no vivir conforme a lo que se cree. Esta falta de coherencia en la que caemos muchas veces sin siquiera tener una conciencia al respecto nos lleva a vivir de una manera superficial y mediocre.

Puede que critiquemos a autoridades y políticos de turno por no actuar de acuerdo con lo que pregonan. No hace falta citar casos de quienes públicamente dijeron ayer una cosa y hoy hacen exactamente la contraria, sin tener siquiera un ápice de vergüenza. Sin embargo, vale analizar nuestro propio accionar en cada pequeño momento, porque ser coherente es dar tu palabra y cumplirla; responder de los propios actos; y, respetar los principios que se dice asumir. Y, esa hoy, no es una tarea fácil de cumplir puesto que deberemos actuar contra corriente siendo un camino que vale la pena seguir.

No permitamos que la incoherencia se convierta en algo endémico, por el contrario: cuestionemos si realmente ponemos en práctica nuestros propios criterios y hasta donde estamos dispuestos a llegar para defenderlos: ¿Qué cosas sobre ti mismo/a te estás convenciendo de creer y por ende actuar para hacer dichos pensamientos realidad? ¿Cómo te estás convenciendo que debes ser?.

Hagamos que nuestra percepción propia y externa y nuestros pensamientos sean creíbles, llevándolos a la práctica de una manera positiva y beneficiosa para la sociedad. Convéncete a ti mismo/a, de maneras profundas y llenas de sentido, acerca de cuán maravilloso es estar vivos. Convéncete acerca del interminable valor de descubrir belleza y oportunidades a cada instante. Convéncete siempre de perseverar por hacer la vida mejor para todas y todos, poniéndolo en práctica desde este preciso momento y así será.

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