Tiempo de reconciliación

La paz mental no tiene precio
La paz mental no tiene precio

Eduardo Puertas G.

Luego de un par de años de postergación en la peregrinación presencial de la “Virgen del Cisne”, se retomará una de las actividades más representativas de nuestra ciudad, uno de los eventos más importantes del año, ya que nuestra ciudad acoge a más de quinientos mil devotos cada año. Este evento, sin duda nos llena de alegría, de festividad, de esperanza y fe, ya que desde el presente mes, nuestra ciudad se viste de fiesta y color por tan esperada visita. Sin embargo, adicional a las fiestas y todos los eventos que se derivan de la Romería, se encuentra la oportunidad de profundizar en la conciliación espiritual  que se pueda realizar en este tiempo, una conciliación que no siempre se la busca pero se sabe que es importante desarrollar con nosotros mismos. Luego de enfrentar un tiempo de pandemia, de aislamiento, de temor e incertidumbre, es muy oportuno poder buscar un tiempo de reconciliación con nosotros mismos, una reconciliación hacia la búsqueda de luchar por ser mejores personas, mejores hijos, padres, hermanos, esposos, etc. La reconciliación se puede percibir como esa paz interior que es tan necesaria en estos tiempos difíciles, esa tranquilidad de poder actuar de forma libre y acorde con los principios morales con los que nos identificamos. Es tiempo de escudriñar nuestros caminos y volverse a la convicción de lo realmente importante, las aflicciones y las dificultades que sobrevienen son una muestra del recordatorio para buscar la reconciliación de nuestro corazón, de nuestros pensamientos, de nuestras decisiones y buscar esa ayuda idónea para practicar las virtudes tan necesarias en nuestros días. Busquemos la reconciliación personal, no tanto por una recomendación sugerida, sino por la necesidad de encontrarse a uno mismo y ser leal a la persona en que deseamos convertirnos. La reconciliación es una muestra de verdadero amor hacia quienes queremos y hacia nosotros mismos.

[email protected]