Sin nosotras, nada

Ma. Daniela Piedra Carrion
Ma. Daniela Piedra Carrion

Ma. Daniela Piedra Carrión

A propósito de la sentencia del Tribunal Contencioso Electoral (TCE) sobre la paridad de género en las próximas elecciones, me resulta vergonzoso que haya sido necesario llegar a este punto para que las máximas autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE), aprendan a utilizar los lentes de enfoque de igualdad y equidad en lo que piensan y deciden.

Cosas como estas, nos obligan a continuar reflexionando y cuestionando lo establecido, ya que es evidente que mientras no exista una real conciencia de la importancia de la participación de las mujeres en las diferentes esferas de lo público, político, social y más, pues de nada servirá jactarnos de ser un país democrático.

No me sorprende que seamos nosotras mismas quienes tengamos que movilizarnos y revolucionarlo todo para que nuestros derechos no sean pisoteados. Son las agrupaciones de mujeres que deciden alzar la voz y luchar por los espacios ya ganados, lo que va fortaleciendo y abriendo paso para que más mujeres participen en igualdad de condiciones que los hombres.

Esto es el reflejo de como aun los movimientos y partidos políticos del Ecuador cuentan con una baja participación de mujeres en sus organizaciones, tanto así, que vimos en cuestión de días un listado de hombres listos para candidatizarse a la presidencia sin un binomio claro y mucho menos pensado o decidido en conjunto con una mujer. Y ni qué pensar con otras identidades como las de los LGBTIQ+.

Aún queda mucho camino por recorrer. Para las mujeres no ha sido fácil alcanzar reales participaciones políticas o sostenerse en los espacios de poder. Sólo en las últimas elecciones seccionales, las mujeres electas representan un 19% en alcaldías y un 30% en prefecturas únicamente. Se trata de un avance, pero sigue sin ser suficiente. La cosa es así de simple, sin nosotras no hay democracia, fin.

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