No tendrás nada y será feliz

Desechar la mediocridad
Desechar la mediocridad

Álvaro Peña Flores

“No tendrás nada y serás feliz”. Con esta y otras premisas el Foro Económico Mundial en el año 2016, avizoraba el mundo para el año 2030; y, se añadía, “cualquier cosa que quieras alquilar te la llevará un dron a la casa”. Esta premisa encabeza las 8 ideas brillantes que un grupo, de los más ricos del mundo, tienen para hacer del planeta un lugar mejor habitable y más resiliente.

El problema no radica en el deseo, sincero o no, de ver al mundo desposeído de bienes y toda clase de ataduras personales, sino que, la idea central de esta premisa es que el mundo no trabaje para sí mismo, sino que trabaje para sus jefes y hacer de ellos más ricos.

El sistema educativo, desde el auge de la revolución industrial ha tenido como único objetivo enseñar al hombre, a ser empleado, a obedecer órdenes y a trabajar para el otro. A cambio de un sueldo, muchas veces injusto, con la idea de que su trabajo es importante para el desarrollo del mundo, instaurándose como tal, el alienable sistema capitalista. Obedecer, no pensar y trabajar duro.

Este sistema ha empujado al ser humano a ser esclavo del trabajo, a buscar la felicidad alienándose en todo aquello que el trabajo le da como recompensa, el dinero y los bienes materiales, que al final de cuentas no son propios. Es decir, el sistema utilizará al hombre, dueño del trabajo y de los medios de producción, para hacer más rico a un pequeño grupo, a los dueños del capital.

No tendrás nada y serás feliz, lejos de ser un objetivo estoico y de desprendimiento a los bienes efímeros, se ha convertido en el motor que mueve el mundo y que inconscientemente lo esclaviza, con ideas de recta intención, no trabajando para sí, sino para aquel que le da una migaja de pan. La holgura será para aquellos no para nosotros.

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