Lindon Sanmartín Rodríguez
Poco a poco estamos conociendo los candidatos a la Alcaldía de Loja. Sacrificados ciudadanos que dejan su tranquilidad por el único afán de servir a sus habitantes, pero dicho sacrificio deberán asumirlo con entereza y frontalidad desde hoy, anunciado a la ciudadanía ¿qué van a hacer con la obesidad burocrática del municipio, que consume el 80% del presupuesto, que le quita el desarrollo del cantón?
Los candidatos están obligados en asumir esta gran responsabilidad, para que su militancia no se vea engañada, en tener una oportunidad de trabajo en el Municipio. Llegó la hora de escuchar a los “sacrificados candidatos” decir el cómo harán la reingeniería de personal o vamos a una nueva modernización del Ayuntamiento y de servicios, los mismos que se mantienen con el pago de impuestos, tasas, contribución especial de mejoras y el rubro de multas que son muy altas para el contribuyente.
En el programa Expresión Polítika, de la alianza estratégica radio Planeta 106.1 F.M., diario LA HORA y SR. Radio, el concejal Darío Loja Reyes denunciaba que “…de los 73 millones de dólares del presupuesto institucional, el mayor rubro es para el pago de personal, quedando 4 millones para obras de servicio básico”.
La concejal Karina González en el programa Expresión Polítika hizo referencia sobre “… los egresos del Simert, en $ 881.767.00,oo, de esta cantidad se utiliza más del 75% en personal y el resto son agentes de control que están distribuidos para la vigilancia del propio sistema, aquí ya tenemos un déficit, porque son 300 mil dólares adicionales, es decir, la venta de tarjetas no sostendría este primer gran rubro de personal”.
Con esta información, las ofertas de campaña deben estar centradas a transparentar la verdadera información del Municipio y cuál es su proyección. Las ofertas de trabajo no es aumentar la burocracia y generar más impuestos. El compromiso está en ser eficientes y principalmente combatir la corrupción.
¿Quién será el candidato que diga la verdad sobre este tema tan espinoso?, son decisiones dramáticas, que deben asumirlas con gran responsabilidad “los sacrificados ciudadanos”, porque de no hacerlo los ciudadanos estamos condenados a seguir apoyando estas mafias electorales y de corrupción.