Eddy Arrobo Rodríguez
Con los últimos acontecimientos violentos y bochornosos que se vienen dando en la ciudad de Loja, como consecuencia de la falta de oportunidades de empleo y trabajo, la misma que trae consigo una gran problemática social, como lo es el incremento del comercio informal a través de sus vendedores ambulantes, quienes se apropian y obstruyen las calzadas de las calles, deteriorando la imagen urbana, ocasionando accidentes de tránsito, desorden e insalubridad, afectando el uso del espacio público y de propietarios de negocios, quienes realizan sus pagos de patente municipal , SRI, y permisos de funcionamiento de acuerdo con la Ley.
Lo cierto es que la otrora pacífica ciudad de Loja, se encuentra invadida por vendedores ambulantes, trayendo como consecuencia una contaminación visual y una competencia desleal con el comercio formal, además es indignante ver las riñas primitivas que se dan diariamente en plazas, calles y mercados de la ciudad, entre los vendedores ambulantes y los miembros de la Policía Municipal, los mismos que sin importarles la presencia de niños y mujeres , expresan vocablos descalificadores, que desdicen de la ciudad cuna de la cultura ecuatoriana.
Es el momento que las autoridades actúen con capacidad resolutiva para devolver la imagen urbana de una ciudad limpia y ordenada, por eso se debe dar una reorganización en los centros de abasto con el objetivo de motivar a los vendedores informales a que acaten la reubicación en los mercados municipales, donde se integren hacia una economía formal debidamente bien organizada, además se tendrá que realizar la promoción de estos nuevos lugares de expendio y por supuesto ofrecerles capacitaciones sobre relaciones humanas y educación financiera microempresarial, entre otras.