Lindon Sanmartín Rodríguez
De la campaña a la realidad, es un paso de gran responsabilidad ética y moral de las autoridades seccionales. Los anuncios al puro estilo de un ilusionista pueden convertirse en la espada de Damocles para los neofuncionarios de elección popular.
Al municipio de Loja, llegan con este anuncio ¡Con honestidad te reconstruiremos!. Hablemos de honestidad, en este caso el alcalde desde el momento que conoció su triunfo electoral tenía el deber moral de poner al escrutinio de la ciudadanía los nombres de su equipo de colaboradores, porque la probidad e idoneidad de ellos depende el desenvolvimiento de la administración municipal, para evitar en el mañana se den una serie de observaciones en lo administrativo y financiero, que podría afectar la imagen del alcalde.
Honestidad, también es hablar con la verdad, para decirle a sus gobernantes de la problemática administrativa y financiera de la institución. Honestidad es no engañar al pueblo con una serie de promesas como la construcción de sistemas de agua potable; asfaltado de calles de la ciudad y las 13 parroquias, entre otras promesas.
Honestidad, es encarar con valentía el exceso de burocracia municipal, la misma que frena el desarrollo del cantón. Honestidad, es fiscalizar el SIMERT, Comisaría de Ornato, UCOT, Regenerar, Fotomultas, Centro de Matriculación, Bomberos, patente municipal, pago de combustibles, pago de impuestos estos últimos son la nueva carta de esclavitud económica de los lojanos ante el “Chulquero Municipal”.
Honestidad es que el alcalde ponga a consideración del Cabildo Lojano, el discurso pronunciado el 14 de mayo de 2023, con la finalidad de que los concejales conformen una comisión que evalúe y audite el discurso y de esta manera respondemos con frontalidad la exclamación de la actual administración municipal ¡Con honestidad te reconstruiremos!. Señor alcalde usted como EDUCADOR debe dar el ejemplo eliminando ese logo, que no representa la HISTORIA DE LOJA.