Lindon Sanmartín Rodríguez
En la sesión 769 del jueves 24 de marzo de 2022, la mayoría de los Asambleístas argumentan que han actuado en base al Art. 140 de la Constitución, pero en dicho artículo no consta la palabra “ARCHIVO”, pero justifican su actuación en el Art. 62 de la Ley Orgánica de la Función Legislativa, para archivar el proyecto de “Ley Orgánica para la atracción de inversiones, fortalecimiento del mercado de valores y transformación digital”.
En estos 10 meses, el debate en la legislatura ha sido mediocre, no hemos escuchado un razonamiento de los proyectos de ley que se discuten en beneficio del país, lo único que se puede observar es un servilismo ideológico que busca el beneficio personal como lo ha denunciado el señor presidente Guillermo Lasso.
El Presidente Lasso fustigó a un candidato a la presidencia y asambleítas de solicitar favores para la aprobación de la ley, declaraciones que inmediatamente generó reacciones y que por cierto la tarde del sábado 26 de marzo de 2022, envía una carta a la Directora Nacional del SRI, para que “…investigue exhaustivamente…” al señor Xavier Hervas Mora. De igual manera el Primer Mandatario puso en conocimiento de la Fiscal General de la Nación, de la reunión con los asambleístas Rosa Cerda, Gisella Molina, Edgar Quezada, Celestino Chumpi y Cristian Yucailla, como del asesor Marcelo Romero “…aquellos legisladores habrían pedido beneficios económicos para el sí a cambio de consignar su voto a favor del antedicho proyecto de ley”.
El proyecto de ley de inversiones, mostró la mezquindad de los grupos políticos afines al foro de Sao Paulo, que no ven el bienestar de un Estado, por ello conmino a los cuatro asambleístas de Loja, a dar su razonamiento sobre las zonas francas, que estipulaba dicha ley.
El proyecto de inversiones en lo referente a las zonas francas las consideraba como “…un modelo de desarrollo a través de un ordenamiento jurídico excepcional que permite la creación de riqueza, generación de empleo y capacitación de nuevas inversiones de capital bienes y servicios; generando espacios de desarrollo colaborativo cuyos encadenamientos promueven la competitividad en las regiones donde se establezcan; desarrollar procesos industriales altamente productivos y competitivos bajo los conceptos de seguridad, transparencia, tecnología, producción limpia y buenas prácticas empresariales; promover la generación de economías de escala y mejorar los procedimientos del comercio de bienes y servicios para facilitar su generación de valor y posterior venta en mercados internacionales”.
“Las zonas francas también pueden ser herramientas para fomentar el desarrollo económico agro asociativo, sostenido, con pertinencia cultural y mercados abiertos de las organizaciones indígenas, afroecuatorianas, montubias, pueblos y nacionalidades, y demás comunidades reconocidas por la Constitución de la República”.