Vicente Maldonado Quezada
Nuestra profesión de vida, es la vida. Somos un pueblo de paz. Esta Patria nuestra es una esperanza, es una promesa de futuro que empieza a cumplirse a partir de la decisión de la sociedad paltense que respaldaron nuestra propuesta de cambio y de paz. Somos consecuentes con la esperanza, no vamos a desmayar. Es un privilegio celebrar con ustedes la reivindicación de nuestros derechos, la gesta rebelde, la revolución paltense, que abrió caminos de libertad, de emancipación y de independencia. Darwin Díaz Moreno (2023). La paz personal y social no sólo consiste en poner fin a la violencia o a la guerra, sino a todos los demás factores que la amenazan. La paz solo puede durar cuando se respetan los derechos de las personas, cuando los niños, jóvenes y ancianos tienen donde vivir, que alimentarse y cuando los pueblos son libres, porque sin justicia y sin respeto por los derechos no existe pueblo. El cantón Paltas es hoy en día tierra ancestral, lugar de producción y comercialización, el impulso al fortalecimiento de las responsabilidades, al entendimiento y empoderamiento de nuestros deberes y derechos garantizará que nuestro cantón surja y tenga muestras de progreso y desarrollo. En 1994, gracias a su inmensa variedad arqueológica y a sus buenas costumbres y tradiciones Paltas fue declarada Patrimonio Cultural del Ecuador. Con el pasar de los años ha llegado a constituirse en el centro del turismo de nuestra provincia, esto es por sus atractivos de infinita belleza natural, por su clima templado y acogedor y, más que todo por su sociedad, quienes han demostrado ser muy amables, sinceros y hospitalarios. Su cabecera cantonal Catacocha es el balcón desde donde se puede admirar los más seductores paisajes. Se encuentra rodeado por los cerros Pisaca, Pisaquilla, Pisaquita y Guanchuro, tiene un impresionante paisaje llamado Shiriculapo, conocido como el Balcón del Inca. Sus calles son angostas, con portales formados por casas de aleros, ventanas y balcones de madera. El día tan esperado para la reivindicación de sus derechos, se dio el 3 de diciembre de 1953, fue el día en que se logró el grito de rebeldía al gobierno de ese entonces presidido por José María Velasco Ibarra.