Vicente Maldonado Quezada
A la administración se la puede definir con una sola palabra “eficiencia”.
En términos generales la administración es “el proceso administrativo aplicado al acrecentamiento y conservación del esfuerzo, los conocimientos, la experiencia, las habilidades, el trabajo, la salud, etc.; del elemento social para el bien de la institución, de él mismo y del país”. En términos específicos la Administración es una ciencia social que persigue la satisfacción de objetivos institucionales o empresariales por medio de una estructura y a través del esfuerzo social coordinado, a la vez es un proceso distintivo que consiste en la planeación, organización, ejecución y control para determinar y lograr los objetivos, mediante el uso de personas y recursos”. Su importancia se ve en que ésta imparte efectividad al esfuerzo personal y social. Ayuda a obtener mejor personal, equipos, materiales, dinero y a obtener mejores relaciones interpersonales. Proporciona previsión y creatividad y su mejoramiento es su consigna constante. La Administración Pública, es el conjunto de organizaciones públicas que ejecutan la función administrativa y de gestión del Estado. Está integrada por todos los organismos del Estado. Es de interés general de todas las personas que conforman una determinada sociedad. Los recursos son de propiedad estatal. Los destinatarios de los servicios son considerados como usuarios. Los actos se rigen por las leyes de derecho público. La inversión irradia prioridad en la gestión pública social y esto refleja la rentabilidad. Está sometida al control público y social. Actúa y regula a la administración privada, porque es un sistema que incluye a toda la sociedad y sus decisiones afectan a la política fiscal, económica y monetaria. La Administración Privada, está integrada por el conjunto de MIPYMES. Todas ellas distribuidas en todos los sectores de una economía en una sociedad. Tiene fines particulares o individuales de acuerdo al tipo de empresa. Los recursos son de propiedad privada o particular. Los destinatarios son concebidos como cliente-consumidor. Los actos se rigen por leyes civiles y mercantiles de derecho privado. Su inversión tiene que generar utilidades, caso contrario la empresa tiende a desaparecer. El mercado se analiza para sacar el mejor provecho y de esta manera lograr obtener rentabilidad económica. Finalmente, ambas son parte de la administración y utilizan los mismos principios científicos de la ciencia administrativa.