Generosidad

Agustín Sánchez

Semanas atrás escuché un sermón en una misa dominical en cuyo extracto decía “Cuando no somos generosos es porque no somos agradecidos, y cuando no somos agradecidos, es por que no valoramos lo que tenemos”, entonces ¿Qué definición tenemos de la generosidad? 

Muchos coincidirán en esa tradicional definición de dar sin esperar nada a cambio, y esto no se reduce solo a dar lo que nos sobra sino aquello que realmente nos cuesta desprendernos. 

Existen también actos de generosidad que se construyen en el tiempo y se han conceptualizado como egoístas. No pretendo ser crítico con aquellos que en esta época de sentimentalismo navideño ventilan su contribución con los más necesitados, al final todo lo que represente aporte, suma. 

Quiero exponer la importancia de aquella generosidad que nace en estar bien uno mismo, para solo así empezar a encargarse del resto, no, no es egoísmo, es algo esencial que trasciende en la historia del tiempo, fortalecerse para “jalar” aquellos que están en tu entorno. Lamentablemente, la experiencia nos ha dejado que ese fortalecimiento se reduce en acumulación, olvidando la esencia de la vida y su verdadero valor. 

Transcurre el tiempo, y las brechas sociales se amplían en lugar de reducirse, los efectos de una pandemia que no termina siguen afectando aquellos que más necesitan, y la “ayuda”, aquella que confundimos exclusivamente con aportes económicos, sigue siendo paliativa e insuficiente.

No olvidemos que para ser generosos primero debemos ser agradecidos, y para aquello debemos observar, apreciar y valorar lo que nos rodea a diario y en cada momento, solo así podemos actuar con generosidad especialmente con aquellos cuyas posibilidades u oportunidades son reducidas, creer que ser generoso es solo dar dinero es una de las causas para extinguir la amplitud de su alcance, existen varias formas de dar, tengámoslo en cuenta.

 

Finalmente, una de las principales formas de generosidad es compartir conocimiento y experiencias con los sectores más relegados, aspectos que contribuyen con un proceso de maduración social, lo cual les permitirá tomar mejores decisiones, elegir mejor a sus líderes, y priorizar mejor sus necesidades al momento de exigir a las autoridades la atención que merecen. Utopía o esperanza, es cuestión de perspectiva, pero siempre podemos elegir ser mejores humanos y generosos con nuestro entorno, y este 2022 será una nueva oportunidad para lograrlo.