Según el calendario electoral, desde el 3 de enero hasta el 2 de febrero de 2023 se podrán realizar las campañas electorales para elegir a las autoridades de los gobiernos autónomos descentralizados -GADS-, entre ellos, a 23 prefectos y viceprefectos, 221 alcaldes y 864 concejales urbanos y sus respectivos suplentes, así como 443 concejales rurales y 4 109 vocales de las juntas parroquiales rurales.
Estas elecciones tienen un tinte particular, puesto que se desarrollarán en medio de una coyuntura donde la desatención de derechos sociales como la salud, seguridad, educación, trabajo, seguridad social, entre otros, es cotidiana; y además, frente al estallido de la violencia en los centros de privación de libertad entre bandas rivales, guerra que posteriormente se ha trasladado a las calles ocasionando, incluso, actos de terrorismo.
Es importante recordar que la criminalidad, en su gran mayoría, nace por la ausencia y el abandono del Estado en los sectores populares, donde la inexistente garantía de ciertos derechos ha ocasionado que otros grupos cuyo poder se origina en actividades ilícitas, tomen el control y reclute a niños y jóvenes a quienes les dan lo que el Estado les niega. Esos espacios territoriales están en completo abandono estatal y sí, ahí no existen derechos humanos.
Es evidente que la responsabilidad por el respeto, protección y garantía de los derechos sociales corresponde estrictamente al gobierno central, sin embargo, los gobiernos autónomos descentralizados pueden aliviar esta desatención de derechos desde sus competencias. El Cootad, en su artículo 249 determina que al menos el 10% del presupuesto de los GADS debe asignarse para el financiamiento de programas sociales dirigidos a grupos de atención prioritaria. Habrá que escuchar con atención, entonces, las propuestas de las y los candidatos para autoridades de los GADS, y analizar si estas se dirigen a implementar obra política de cemento, o se destinan a combatir la pobreza para que el Estado gane terreno a las mafias y se vuelva a recobrar la dignidad de los seres humanos.