Extranjeros deben respetar Ecuador

Iván Paredes

Es inaudito como una persona extranjera sin el menor escrúpulo y respeto haya proferido epítetos inadecuados en contra la nosotros, los ecuatorianos, lo cual rechazamos radicalmente y exigimos que las autoridades tomen cartas en el asunto y le conminen a pedir las disculpas del caso, o en su defecto que abandone el Ecuador, porque personajes de esa naturaleza no queremos ni los necesitamos; más cuando, somos una población que respeta a todas las sociedades Estado, extranjeros y migrantes a quienes se les abierto las puertas.

Esta persona, a la cual no voy a nombrar, utilizando redes sociales y por declararse aliada, fanática, militante o, quien sabe qué, de un movimiento político que ha causado discordia en el país, sin el menor pudor expreso que somos “cojudos” será ¿Por qué ha estado de asesora, de profesora universitaria, de comunicadora, ganando sueltos estrafalarios? Hasta cuándo vamos a permitir que extranjeros pisen suelo ecuatoriano y realicen actos ilegales e ilícitos, irrespetando nuestra cultura, principios y proceso de vida. Hace unos años atrás, una mujer venezolana insulto nuestras costumbres y tradiciones calificándonos de “sucios” por las ventas ambulantes de comerciantes ecuatorianos e igual, gente venezolana realiza diariamente dicha actividad en nuestro territorio. Delinquen, roban, asesinan, insultan en los semáforos cuando no se les proporciona una moneda, y otros, ocupan puestos públicos bien pagados y mejor tratados que un profesional ecuatoriano. ¿Por eso utilizaría ese calificativo? Indicamos que no son todos los extranjeros que residen en nuestro país.

El Derecho Internacional consiste en que todas las personas, sin discriminación alguna, tienen derechos y libertades fundamentales, pero también es muy cierto que deben respetar y acogerse a las leyes, normas y reglamentos del Ecuador y, más allá de ello, deben demostrar principios morales, de comportamiento y honestidad en un país que fraternalmente les acogido, recordándoles que están en casa ajena y su conducta debe ser aún más correcta; de lo contrario, pueden regresarse por donde vinieron.