Expectativas vs Realidad: Reflexiones sobre la Consulta Popular

Expectativas vs Realidad: Reflexiones sobre la Consulta PopularExpectativas vs Realidad: Reflexiones sobre la Consulta Popular
Eddy Arrobo Rodríguez

Eddy Arrobo Rodríguez

La participación ciudadana en las consultas populares es crucial para fortalecer la democracia al permitir que el soberano, es decir, el pueblo, se exprese sobre cuestiones importantes que afectan a la sociedad. Sin embargo, la reciente consulta en nuestro país plantea una discrepancia notable entre las expectativas y la realidad.
Es innegable que el momento escogido para llevar a cabo esta consulta ha sido inoportuno para el actual gobierno transitorio, que apenas se afianza en el poder. La ciudadanía está preocupada por diversas problemáticas, desde el aumento del IVA hasta la emergencia eléctrica, las condenas internacionales por incidentes diplomáticos y una creciente inseguridad derivada del crimen organizado. A esto se suma un ambiente político polarizado desde hace años entre corrientes como el correísmo y sus aliados, que abogan por el «NO», y el anti-correísmo, que apoya el «SI».
Es digno de reconocimiento el discernimiento del electorado frente a la complejidad de los temas abordados en la consulta, que incluían seguridad, justicia, empleo y arbitraje internacional. Los resultados fueron disparejos, con una abrumadora mayoría a favor del «SI» en nueve preguntas y del «NO» en las dos restantes. Estos resultados envían un mensaje contundente: la población demanda acción en seguridad, reforma judicial y combate a la corrupción, pero también rechaza la precarización laboral y la injerencia indebida de intereses privados en el gobierno.
Es hora de enfrentar la realidad. La promesa de que los problemas nacionales se resolverían con esta consulta debe ser evaluada a la luz de los resultados. No hay excusas para no cumplir con lo prometido. El nuevo gobierno debe corregir su rumbo, gobernando con sensibilidad social, priorizando las necesidades de los más vulnerables y dejando de privilegiar a las élites. Es momento de actuar con responsabilidad y compromiso para honrar el mandato del pueblo expresado en las urnas.
Esta consulta no debe ser solo un hito en el calendario político, sino el punto de partida para un cambio verdadero y duradero. La voz del pueblo ha sido clara; ahora corresponde a las autoridades escuchar y actuar en consecuencia, construyendo un país más justo y equitativo para todos sus ciudadanos.