Ética Pública

Ética Pública
Vicente Maldonado Quezada

Vicente Maldonado Quezada
La administración pública constituye un servicio a la colectividad que se rige por los principios de eficacia, eficiencia, calidad, jerarquía, desconcentración, descentralización, coordinación, participación, planificación, evaluación y sobre todo transparencia. La Ética en la administración pública en la actualidad ha tomado vigencia, debido a los crecientes actos de corrupción que han sido públicamente denunciados por los diversos medios de información. Este hecho, ha generado preocupación en los aspectos legales y éticos que rigen la administración y el comportamiento de sus funcionarios frente a los recursos públicos. En este sentido la problemática recae en saber que los límites de los servidores públicos es el respeto no solo por los derechos de la sociedad sino por los recursos estatales, los cuales están destinados al bienestar social. El objetivo, es poner en debate el rol y los límites del servidor público como guardián del accionar público y promotor del bienestar colectivo. Con lo mencionado se pretende lograr una concienciación del servidor público en cada una de sus responsabilidades debidamente estipuladas en la norma y que deben ser asumidas más allá de un deber legal, sino desde la ética personal. En este sentido la ética se convierte en un elemento fundamental del espacio social, que consolida los aspectos esenciales para la sociedad en busca del bienestar común, procurando fortalecer prácticas beneficiosas para todos los involucrados. La administración pública desempeña un papel sustancial en la vida de las personas ya que varias actividades se gestionan desde las instituciones del Estado, con un conjunto de servidores que deben procurar que con sus actuaciones se garantice los derechos sociales. Los funcionarios son parte visible de las instituciones del Estado, están en contacto con la sociedad y deben procurar la consolidación de una buena imagen institucional a fin de generar confianza y credibilidad desde su ámbito de actividad, llevando a la práctica aspectos tan relevantes como la justicia y solidaridad. Por lo tanto se obliga a las instituciones del Estado a ofrecer respuestas oportunas que garanticen la convivencia y el funcionamiento armonioso del tejido social. Todo esto se enfoca en los valores esenciales de la ética pública, los cuales son necesarios para poder consolidar un proyecto común que responda a las necesidades actuales de la sociedad, con una estructura institucional y un sistema normativo que fortalezca las bases para construir espacios de mayor dignidad, justicia, solidaridad y bienestar.