Envejecer con dignidad

Andrés Ojeda Sotomayor

Andrés Ojeda Sotomayor  

Con el paso de los años, se hacen más evidentes los cambios físicos: la piel y los músculos pierden tersura, hay pérdida del cabello, canas, arrugas, flacidez corporal, sobrepeso, etc. Para muchos, la madurez es dejarse avejentar sin hacer algo positivo. Para otros, es regalarse tiempo, esfuerzo, sacrificio y constancia para el autocuidado de la imagen. Los retoques estéticos son válidos siempre que los resultados sean armónicos. También hay otros métodos y productos menos invasivos. Consumir antioxidantes naturales, gozar de una buena genética y darse un cambio de look, igualmente son importantes. Conservar el aspecto implica crear hábitos saludables como llevar una buena higiene personal, mantener una dieta equilibrada y peso ideal. Ejercitarse ayuda al cerebro a liberar dopamina que funciona como antidepresivo y aporta vitalidad.

El pensamiento budista, sostiene que envejecer dignamente es posible aplicando una mentalidad de lucir «como si todos los días fuese el último día de la vida». Carolina Herrera, reconocida diseñadora de moda, dice: «para vestir bien no se necesita comprar ropa costosa o de marca, lo que vale es distinguir lo que queda bien». Todos pasamos por procesos de sufrimiento, rupturas sentimentales, pérdida de seres queridos o depresión; pero hay que retomar el curso de la vida. La edad adulta no es sinónimo de desmejoramiento ni de echarse a morir. Puede que para muchas personas esto carezca de valor, pase por desapercibido y hasta genere celos o envidia. El cuidado personal denota amor propio y respeto por los demás. No se trata de vanidad ni de lujos, sino de autoestima y confianza. Como es afuera es adentro. Escuché que la gente mala o que llevan una vida desordenada, reflejan envejecimiento prematuro. ¡No sé! podría ser tema de debate en el ámbito de la salud humana. 

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