Álvaro Peña Flores
Los aficionados del fútbol estamos asombrados sobremanera al ver los resultados de los últimos encuentros de la Selección contra Brasil, Perú y Colombia, muchos la teníamos segura a la victoria sobre todo con estos dos últimos, lastimosamente los marcadores fueron desastrosos. Ecuador ha adolecido de una estructura y formación deportiva exasperante a lo largo de su historia, a juzgar por las paupérrimas participaciones que casi en todos los mundiales y demás campeonatos hemos tenido.
El deporte como actividad física, como afición y como industria tiene como principales protagonistas a los deportistas. Éstos a su vez, tienen una historia y un currículo que debería ser analizado minuciosamente para que su desempeño sea el más óptimo y eficaz en los escenarios deportivos y en el cumplimiento de metas a nivel personal y colectivo. Estudios relacionados a las ciencias del deporte determinan que la psicología juega un papel preponderante en la valoración de los deportistas, entrenadores y directivos. Los resultados arrojan datos que el enfoque se debe realizar básicamente en: evaluación psicológica permanente de los jugadores, mejora de atención y concentración, control de las emociones, motivación y las remuneraciones, principalmente.
Trabajar de forma estratégica a nivel directivo y gubernamental estos temas ayudará gradual y consistentemente a: dejar de pensar que somos menos y que dependemos de la suerte. A mejorar los estilos de vida de jugadores y directivos que casi siempre son adversos por la influencia de la fama y la corrupción. Combinar inteligentemente la preparación física con la emocional, conllevará a cambiar la mentalidad y la cultura refractaria como principal limitante. Me atrevería a pensar que este es el problema por el que siempre, cuando empezamos a ver buenos resultados, cambian radicalmente. O, ¿a que le podemos atribuir el éxito obtenido en el Ciclismo estos dos últimos años y el reciente en Marcha? [email protected]