En memoria de Simón Bolívar

Iván Paredes

El pasado sábado 17 de diciembre, es decir, hace tres días atrás, se cumplió 192 años de la muerte de Simón Bolívar, recordado como el ‘Libertador de América’, pero nadie hizo el mínimo esfuerzo por remembrar su memoria porque los aprovechadores de la América Latina usurparon su nombre para adueñarse del territorio a base de la ignorancia, la viveza y el atropello. Lo peor de todo, es que, quienes enaltecían su protagonismo que era enseñado en aulas educativas, también han callado y olvidado una fecha nostálgica e histórica.

Tal vez, no sea santo de nuestra devoción para muchos, pero hay que reconocer su protagonismo y activismo que, en ciertos episodios de su vida los tuvo, a pesar que su biografía fue alterada para hacernos creer a las generaciones futuras que fue el hombre inmaculado esperado por los pobladores de estas tierras; y, esos escritos tuvieron algo de responsabilidad para el aparecimiento de los impertinentes salvadores, como el caso del mal recordado Hugo Chávez.

Nace el 24 de julio de 1783 en Caracas – Venezuela, bautizado con los nombres de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Ponte y Palacios Blanco, falleciendo en 17 de diciembre de 1830 en la Quinta de San Pedro Alejandrino, en Santa Marta Colombia, por tuberculosis, solo, abandonado, sin ninguno de aquellos que aprovecharon su presencia. Hijo del General Juan Vicente Bolívar y Ponce-Andrade, naciendo en familia acomodada, Simón Bolívar queda huérfano de padre y madre a temprana edad, lo que le lleva a vivir con su abuelo Feliciano Palacios, pero al fallecer éste, queda a cargo de su tío Carlos Palacios, quien tenía limitada reputación, lo que le convierte en rebelde y descontrolado. Su maestro fue Simón Rodríguez y el gran escritor Andrés Bello. Sí, Simón Bolívar volviese a vivir, fallecería nuevamente, al saber del mal uso que hicieron con su nombre una masa de iletrados sin escrúpulos.