El fantasma del IVA

Iván Paredes

Apareció, es una triste realidad que debe ser soportada y aguantada por todos los habitantes de este pobre, maltrecho y pisoteado país Ecuador, en donde los grupos más vulnerables junto a los sectores empobrecidos y de bajos ingresos económicos y patrimoniales, son quienes tendrán que soportar el vaivén de la vida dentro de un sistema estatal que está entre los peores de la historia.

No es para menos, el descontento, la preocupación, impotencia, resignación de la población cuando se escucha que los precios de los productos y, en especial, los de primera necesidad subirán su valor, sea cual fuese la causa o motivo, incomoda y molesta. Solamente es cuestión de acudir a un mercado, feria popular, donde la ciudadanía se concentra para realizar actividades de comercio y sentir su insatisfacción, porque las mismas tareas y trabajo se ha desvalorizado; es decir, con el mismo ingreso no le alcanzará para comprar los mismos productos que solía adquirir hace un mes atrás, eso, cuando logran tener una actividad económica; mientras, a los grandes capitales y a la misma burocracia, poco le afectará porque tienen un ingreso fijo, es decir, un sueldo que se devaluará, pero que les garantiza el seguir llevando alimentos a su mesa. Esta desigualdad social, es la generadora de tantos males que envolvió a aquellos de mentes y principios endebles, que buscaron enriquecerse en el menor tiempo y al mínimo esfuerzo cayendo en las garras de la corrupción socapados por movimientos y partidos políticos que son la escuela y trinchera que ha debilitado el aparato estatal.

Mientras no tengamos gobernantes del pueblo para el pueblo, con conciencia social priorizando el interés colectivo por el individual, nunca tendrá futuro el país, siendo por su territorio y recursos naturales que podemos soportar estos debacles gubernativos, de lo contrario, la historia fuese totalmente diferente.