El culebrón llamado revolución ciudadana

Álvaro Peña
Álvaro Peña

Álvaro Peña Flores

Al culebrón cotidiano de la política ecuatoriana se suma un caso no menos novedoso, pero un tanto atípico, aunque con los de la revolución ciudadana ya nada es atípico, ellos han roto en los ecuatorianos el sentido de la sorpresa y el asombro. Esta vez se trata de Soledad Padilla y sus nexos con Jorge Glass. La denunciante, afirma que durante la época dorada del correísmo fue su asesora de despacho y directora de Disposiciones Presidenciales y Vicepresidenciales, un cargo bastante interesante, y de mucha responsabilidad para una persona de apenas 22 años que, según dice ella, fue cuando empezó a trabajar con el exvicepresidente.

En la denuncia Padilla afirma que ha sido víctima de actos intimidatorios verbales y psicológicos, también afirma que nunca ha tenido ningún tipo de relación sentimental ni sexual. Él, por su parte ha presentado una contradenuncia, acusándola de extorsión, según el exvicepresidente, la aludida le pide $350.000 por unas grabaciones.

Todo esto no es más que el resultado del resquebrajamiento del partido político y de lo podrido que ha estado siempre. Su caudillo, el mentalizador de todo esto, durante muchísimos años orquestó de manera oculta y hasta sin darse cuenta, creo, por el poder que ejercía, toda esta maraña de corrupción en todas las esferas. Espero y anhelo que esto sea el acabose y el fin de este partido, mal llamado de revolución, porque lo único que ha revolucionado es a su gente con el despilfarro del erario público y la institucionalización de la corrupción y el cinismo.

Insisto, el nuevo gobierno debe limpiar de raíz todo resquicio correísta que sigue enquistado en el sector público. Será muy difícil trabajar con quien ha sido tu detractor durante años, sin embargo, han hecho peores cosas que las que han denunciado.

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