El abandono continúa

Carlos Arellano

Sumida en el abismo de la desesperanza, la ciudad se consume en el conflicto encarnizado entre un grupo de concejales y su alcaldesa. En esta guerra, el burgomaestre ha destinado tiempo y recursos para enfrentar a estos concejales mientras las más básicas funciones encomendadas al cabildo han caído en el olvido de aquella mujer que alguna vez fue catalogada como la ‘Bukele ambateña’.

Ambato decae en un caos desbordado, sin vislumbrarse una posibilidad real de reconciliación entre el burgomaestre y sus ediles. Mientras tanto, los mercados, parques y espacios recreativos, se desmoronan víctimas del vandalismo y del desdén municipal.

La revitalización del Pasaje Pelileo, que alguna vez representó uno de los hitos más emblemáticos de la ciudad, iniciada durante la alcaldía de Luis Amoroso y concluida bajo el mandato de Javier Altamirano, evidenció la factibilidad de rescatar distintas zonas urbanas afectadas por el abandono estatal y municipal, y acechadas por la inseguridad. Sin embargo, esta obra que antaño atraía a propios y extraños, yace ahora en el abandono, convertida en un lugar desolado y degradado, cubierto de excrementos de animales y con sus escaleras mecánicas inoperantes, entre otros desafueros.

El Parque de las Flores, otra insignia del mandato del alcalde Amoroso, ha degenerado rápidamente en un foco de inseguridad debido a la escasa iluminación, la ausencia de control municipal y la proliferación de actividades informales que ocupan sus espacios durante los fines de semana, que van desde la venta de alimentos hasta la comercialización de ropa y calzado.

Más allá, el renovado Teatro al Aire Libre Ernesto Albán es otro ejemplo que manifiesta el abandono local, cubierto de grafitis, con escasa actividad cultural y constituyendo una amenaza para la seguridad pública en uno de los barrios más tradicionales de la ciudad. Del mismo modo, el Parque de la Laguna sucumbe ante la informalidad y el descuido, con luces y fuentes que a menudo no funcionan y con una limpieza irregular.

¿Es este el rostro que la ciudad exhibirá en marzo durante la celebración de su fiesta mayor? Ambato soporta la improvisación y pasividad de una mujer que accedió a la alcaldía por un antojo electoral, desviando recursos y energía hacia un conflicto que poco contribuye al bienestar colectivo.