PISA es el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) cuya misión es diseñar mejores políticas para una vida mejor. Ecuador no participó del programa 2022 que mide la capacidad de los estudiantes de 15 años para utilizar sus conocimientos y habilidades de lectura, matemáticas y ciencias en la vida real. En la última medición participaron 14 países de América Latina y el Caribe: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Jamaica, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay.
Ecuador se encuentra en una reflexión de mucho debate, pues no solo los estudiantes son a quienes se les debería realizar la evaluación PISA, sino a los maestros que los años pasados demostraron una lecto comprensión baja, quizá con niveles de preocupación. Lo sencillo nos dice que, si los estudiantes no encuentran utilidad del aprendizaje en el mundo real, ¿cómo los docentes traducen pedagógica y socialmente el conocimiento para formar mejores seres humanos en estándares de excelencia académica?
Actualmente la educación ecuatoriana se ve enfrentada a nuevos desafíos como el de asegurar un aprendizaje con condumio en valores, ética, solidaridad, con la profundización de experiencias útiles, con más y mejores herramientas socio-emocionales que den respuesta ante la incertidumbre y privilegie el sentido común antes que lo inmediato y frágil.
Este 12 de diciembre la Comisión Económica para América Latina y el Caribe presentará los resultados de PISA y más allá de establecer el top ten de países con mejor comprensión en las áreas esenciales del aprendizaje, el informe busca promover transformaciones en los sistemas educativos y acelerar la inclusión y la calidad.
Ojalá Ecuador, pueda estar en el siguiente programa de evaluación de sus estudiantes y así no dejemos en entredicho la calidad de la educación y que de seguro el Ministerio de Educación sabe perfectamente dónde ajustar las tuercas.