De reinas a candidatas

Giuseppe Cabrera

El sábado pasado se eligió a la Reina de Ambato y con ella, a la representante municipal y provincial, una semana antes acudimos a votar por las autoridades seccionales ¿en qué se relaciona un evento con el otro? Pues, en la alta concentración de ex reinas de diferentes certámenes de belleza, que tuvimos presentes en la papeleta, desde concejalías, alcaldías, viceprefecturas, prefecturas y hasta consejeras al CPCCS, las ex reinas de la ciudad y la provincia tuvieron un lugar en todas las listas y todas las dignidades por las cuales se optaban.

Ahora, no me malinterpreten, haber sido reina no es per se, un atributo o estigma para ser candidata a un cargo de elección popular, pero, parece evidente que existe una correlación entre haber sido reina y ser candidata, así, como antes las candidaturas eran ampliamente ocupadas por abogados de profesión.

¿Qué relación tienen los reinados con la política en Ambato y Tungurahua? Pues, me parece que el lugar de relevancia social que aún ocupan en el debate público, son aún cuestiones importantes que ponen a sus postulantes en el ojo y foro público. De ahí, que creo que al final, los partidos y movimientos políticos no hacen un ejercicio sobre la acción social de la regente reina para escoger sus candidatas, sino más bien del nivel de conocimiento público que les dio el reinado, es decir, que son conocidas.

Esto, termina afectando a las candidaturas de las propias mujeres, porque parece implícito que para ser candidata hay que ser previamente conocidas y la vía más rápida de hacerlo, es a través de un reinado, lo que deja sentado un requisito adicional que a los hombres no se les exige y, deja por fuera de la política a muchas mujeres capaces, que han decidido no optar por estos certámenes, más allá de que cuenten o no con belleza física o desenvolvimiento escénico. Al final, la discusión no es si las exreinas pueden ser candidatas, porque lo pueden, sino si los partidos dejan de priorizarlas solamente por ser “conocidas”, dejando de lado las candidaturas de otras tantas mujeres competentes y capaces a las que no se les ha dado el espacio.