¿Cuánto más?

Christian Pérez

Mayo: “mamá, mamá, resiste, te necesito, sin ti no puedo hacer nada”, gritaba desesperado el niño que veía a su madre en el piso, agonizante, después que sicarios ingresaron en un velorio en Manta y dispararon indiscriminadamente. Momento después se supo que ella falleció.

Junio: “mijo lindo no te la lleves, llévame a mí. Mijo lindo no te la lleves, papito lindo no te la lleves”, suplicaba entre lágrimas un hombre atemorizado en Santo Domingo de los Tsáchilas, siendo apuntado con un arma de fuego mientras cuatro delincuentes secuestraban a su pareja. Se desconoce hasta ahora su paradero.

Estas son historias que denotan tristeza extrema. Situaciones que nunca debieron ocurrir, pero que en Ecuador ya son cotidianas y suceden, a la luz del día, a vista y paciencia de nuestras autoridades.

Dos familias destrozadas, con secuelas emocionales que difícilmente podrán ser reparadas. Estas son una muestra de las tantas historias de terror y sufrimiento que todos los dias nos bombardean los medios de comunicación.

Algún momento un amigo me decía que para no estresarse, él prefería no mirar los noticieros. Que él sabe que el país está en ruinas pero para no vivir en paranoia constante, era mejor mantenerse al margen de la información. “Ojos que no ven, corazón que no siente”, me insistía. Al parecer en Carondelet aplican este consejo “a raja tabla”, y por eso tienen la percepción de que le están ganando la batalla a la delincuencia.

Nada más falso. La inseguridad, hace mucho, ganó terreno mientras el Estado se encontraba “planificando”, con consultorías, procesos de compras engorrosos y planes para saber qué hacer.

En el ambiente se siente que los habitantes de este país y su Presidente tenemos una relación de rechazo mutuo: nosotros esperamos que llegue agosto para que se vaya; y él mantiene un bajo perfil, haciendo lo mínimo para no opacar su falsa victoria alcanzada con la muerte cruzada. En fin, esperemos que estas elecciones anticipadas sirvan para lograr una reconciliación nacional donde podamos recuperar la paz.