Verdadera naturaleza 

Yveth Romero Padilla

Yveth Romero P.

Estamos acostumbrándonos a sentir que la maldad impera en el corazón de los hombres y mujeres de todo el mundo. Estamos perdiendo la esperanza y por lo tanto la fe en la humanidad. Lo cierto es que la verdadera naturaleza del ser humano, no es la maldad, no es la violencia, no es la anarquía. El problema radica en que nadie enseña a ser seres humanos, y al desconocer nuestro verdadero ser, olvidamos que la bondad, el bien y la justicia es parte natural de nuestra alma. El ser humano es bueno por naturaleza. 

Todas las grandes civilizaciones, grandes pensadores y filósofos buscaron entregar al común de los mortales, las herramientas necesarias para su autoconocimiento, su formación y su avance evolutivo. El materialismo y el consumismo nos ha llevado a valorar solamente lo que nos  causa placer, sin darnos cuenta que estas pequeñas cosas, materiales o no, son efímeras  y en cuanto se terminan viene el dolor y así vivimos buscando y evitando y, en esa búsqueda, perdimos el norte y el sentido de nuestra vida. 

Por eso hoy, buscando lo efímero, el placer, la satisfacción del instinto y las ansias de poder, el ser humano ha olvidado su verdadero sentido de la vida y se ha perdido. Sabios como Confucio, Platón, Pitágoras, El Buda, Kant, Ortega, Gasset y muchos otros más nos legaron las bases de la educación, en fuertes valores morales, tomando como fundamento la ética trascendental que inspiró a los grandes héroes, a los santos y los verdaderos ciudadanos a vivir con dignidad. Porque no hay mejor inspiración que aquella que nos dicta el corazón, guiado por una mente iluminada, por el bien y para el bien de los demás. 

No dejemos que las malas noticias, la violencia y el miedo nos hagan perder nuestra verdadera naturaleza, no perdamos la fe en la humanidad.

Nueva Acrópolis Santo Domingo